El teléfono móvil

En mi pueblo están asfaltando por encima de los adoquines. Hay quien dice que se acaba con cierta parte de la historia de la ciudad. También los hay quien dicen que prefieren conservar los amortiguadores de sus coches en buen estado y es complicado con los adoquines. Tampoco les falta razón a los que dicen que para conservar la historia de la ciudad, deberían de quitar los adoquines y dejar las calles de tierra que antes existían. Probablemente todos tengan razón, generalmente todos tenemos nuestra parte de razón.

Lo cierto es, que somos una raza evolutiva. Siempre hemos dejado de un lado lo viejo y comenzado a utilizar lo nuevo, con excepciones claro, siempre suelen haberlas. En este artículo quiero hablar de algo nuevo, situándolo en la historia y que cada vez usamos más. Algunos ya dicen que es una prolongación de ellos mismos, otros se niegan a usarlos o incluso otros utilizan dispositivos antiguos. Quiero reflexionar sobre el teléfono móvil.

Estas vacaciones he echo un uso intensivo de mi teléfono móvil, para poner música, estar al día con las noticias de mi interés, hacer fotografías a la familia, probar aplicaciones (soy informático), ver alguna serie o incluso leer. Le he dado bastante uso aunque siempre procurando no restar atención a la familia, que le he restado en alguna ocasión.

Esto me ha echo pensar en que hubiese pasado si no hubiese tenido teléfono móvil, como antes ocurría. A mí, siempre me ha gustado anotar mis ideas, en hojas sueltas, en alguna libreta, aunque actualmente utilizo Evernote para esto. Me resulta muy cómodo para organizar todas las notas que voy tomando. También me ha gustado siempre escuchar música en algún radio cassete o discman, aunque en la actualidad utilizo Spotify, me parece increíble tener toda la música ahí, disponible. En vacaciones siempre me gustaba contar con alguna revista informática, periódico o libro de crucigramas. Ahora no dedico tiempo al ocio de pasatiempos, pero si mucho a leer y una de las herramientas que más utilizo para estar al día es Twitter. En resumen, si analizo esto, sigo haciendo la mayoría de cosas que hacía antes, pero ahora lo tengo todo concentrado en un dispositivo y que además me brinda muchísimas opciones.

Pensando en antes cuando iba a una cafetería con amigos o a algún pub, yo en ningún momento me llevaba una libreta conmigo, un radiocassete o me ponía a leer una revista. Ahora eso tampoco lo hago con el móvil.

Entiendo que mucha gente se escandalice del uso del teléfono, esto forma parte de nuestra naturaleza anti-cambios. Entonces ¿realmente debemos de preocuparnos por esto? ¿solo en alguna parte?

Llegados a este punto, creo que el principal cambio que introduce el teléfono móvil hoy en día en nosotros, es la comunicación, el mantenernos en contacto con otros. Tú sientes que estas en contacto. No tienes a esa persona contigo, pero sientes que estas en contacto con ella. Le preguntas algo, la otra persona contesta. Yo creo que es aquí donde incidiría. Cuando tu estas hablando con una persona, debes prestar atención, no puedes no hacerlo, es una falta de respeto. El móvil te pone en contacto con muchas personas que no saben que estas haciendo en ese momento y te reclaman y muchas veces tu contestas, desatendiendo a la persona que tienes en frente. Esto es el problema para mí. ¿Solución? Pues alguna aplicación que cuando vayamos a tomar café, o tengamos que hablar con alguien, pueda desactivar nuestras aplicaciones de mensajería. Si alguien quiere algo importante de nosotros, nos llamará, como ocurría hasta ahora.

Así que creo que lo que debería de haber cambiado estas vacaciones, hubiese sido, tener la mayor parte del día mis notificaciones de aplicaciones de mensajería desactivadas.

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